La capacidad de respuesta y la integración de funciones en la mayoría de los objetos que poseemos se perciben como inteligencia y tendemos a conferir a estas posesiones “habilidades humanas” para hacerlas más comprensibles y aumentar la sensación de propiedad que tenemos sobre ellas pero ¿Existe realmente un objeto inteligente?
ORÍGENES
El escenario elaborado para Cuerpo Inminente tiene su génesis en el inicio de la computación en el telar Jacquard y, por ende, los textiles. Ese origen está marcado por un “engaño mecánico”, un autómata conocido como El Ajedrecista Turco (1770), ambos marcan también el comienzo de la revolución industrial.
Cuerpo inminente utiliza los textiles y la indumentaria como un medio para visualizar futuros avances en tecnología portátil, y cómo esta tecnología cambiaría con los materiales siendo conscientes y preguntar ¿Cómo se construirán los rituales en torno a la producción y manipulación de esos objetos?
¿Por qué realizar una investigación como esta?
La tecnología se ha vuelto más “invisible” a lo largo de las últimas décadas gracias a la miniaturización de los componentes electrónicos, esto ha contribuido a que los objetos que usamos parezcan “mágicos”; las operaciones que antes se realizaban mecánicamente frente a nuestros ojos ahora desaparecieron para convertirse en destellos, luces o pulsos simulados.
El Turco Mecánico, grabado en cobre, 1783
‘los materiales son un reflejo de quiénes somos, una expresión a múltiples escalas de nuestras necesidades y deseos humanos’. [Mark Miodownik, Stuff Matters]
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